Hay gente como Garbiñe que desde el momento en que los ves te transmiten algo, no te dejan indiferente. Recuerdo haberme quedado parado un rato cuando la vi por primera vez jugando con su desparpajo, su media sonrisa, su mirada entre asesina y dulce, y me impresionó. En aquel momento pensé, “Vaya, una jugadora diferente, tiene un potencial alucinante”.

Garbiñe es ya una realidad. Desde su final el año pasado en Londres estaba en el punto de mira de muchos: es joven, juega bonito, tiene buena energía y la cabeza bien amueblada. El tenis femenino necesita gente joven, sangre nueva, nuevas líderes que lo relancen a los niveles del masculino y ella tenía el potencial. La industria necesita un relevo generacional con líderes potentes, la generación actual podía conseguirlo y Garbiñe con esta victoria se ha colocado en la pool position, liderando a sus futuras grandes rivales quienes le podrán dar batalla, como Keys, o Halep. El futuro, si se materializa, es alentador. Para España representa un aire nuevo, confío mucho en que su rivalidad con Carla conseguirá relanzar nuestro tenis para que muchas niñas quieren volver a jugar.

Técnicamente: A destacar de su juego la agresividad de sus golpes, no se preocupa de cómo juega la contraria, ella va a atacar de cualquier forma, va a buscar los puntos. Sus golpes pueden todavía mejorar, sobre todo el saque y la volea.

Tácticamente: Lo tiene claro, y con la madurez podrá ser más constante en sus embestidas y ahorrar energía para poder aplicar mejor su táctica y elegir los momentos adecuados para cada golpe.

Físicamente: Marca la diferencia, ha trabajado mucho la fuerza resistencia y el resultado ha llegado, puede mantener la agresividad sin cansarse y bajar el nivel. A mejorar los cambios de velocidad. Muy completa por su envergadura y amplitud de golpeo.

Mentalmente: Es una privilegiada, no tiene miedo a nada, afronta las situaciones con soltura, maneja bien la adversidad, encuentra siempre la manera de seguir intentando lo que hace bien y marca la diferencia. Su aura en la pista, la manera de caminar, incluso su altiva posición la hacen temible, porque al confiar tanto en su juego la rival sabe que tiene delante a alguien que va a por ella, y eso pesa.

Ahora toca asimilar la victoria de manera pausada y tranquila. El año pasado después de su final en Londres tuvo un verano difícil, irregular, cambió de coach, y lo externo afectó al resultado. Ahora debe aprovechar el momento. La hierba se adapta a su juego si físicamente llega bien, no se puede relajar y debe llegar a Londres fresca para seguir en este nivel.

Ella debe ser consciente que ha llegado al número dos del mundo, y ante ella tiene una ocasión única de llegar a ser la mejor. Quizás en Londres aunque volviese a ganar a Serena no llegaría, pero si mantiene la forma y realiza un buen verano hasta el US Open, tendrá su gran oportunidad. En caso contrario, será sólo cuestión de tiempo.

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