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Miguel Luengo

Londres, 6 jul (EFE)

Neutralizando tres bolas de partido, tras remontar dos sets, luchando como si le fuera el alma en ello, el suizo Roger Federer salvó el pellejo en Wimbledon donde se colocó por undécima vez en las semifinales al derrotar al croata Marin Cilic, por 6-7 (4), 4-6, 6-3, 7-6 (9) y 6-3 en tres horas y 17 minutos.

Alcanzar la semifinal número 40 del Grand Slam fue para el de Basilea una «batalla épica», que a punto estuvo de parecerse a la derrota que encajó contra el mismo rival en la penúltima ronda del Abierto de EE.UU. en 2014, cuando Cilic, en palabras del propio Federer, le «barrió de la pista».

Federer se superó así mismo deslumbrando al público de la central, entre los que se encontraban el excapitán de la selección inglesa David Beckham y el actor Bradley Cooper, además de la editora de la revista Vogue, Anna Wintour, amiga de Roger.

«Ha sido una gran batalla, es fenomenal ganar partidos como estos remontando dos sets a cero. Es raro y cuando sucede lo disfrutas», dijo Federer que se ha convertido en el semifinalista de mayor edad, después del australiano Ken Rosewall con 39 años, en 1974, «pero luché, lo intenté y creí. Y al final lo conseguí», añadió.

«Esta victoria es una de las más grandes porque se ha producido en la pista central de Wimbledon y me da la oportunidad de ganar el torneo, es una de las grandes», dijo el de Basilea, una incógnita hasta este miércoles, después de una primera semana sin apenas rivales de entidad.

«El partido sirvió para probar el cuerpo, para estar listo de nuevo, luchando, porque ha sido una batalla física y ganarla es un sentimiento increíble», dijo. «Algunas veces, cuando estás dos sets a cero, la montaña para escalar es inmensa, es monstruosa. Prefiero estar aquí que reservando plaza en el avión. La primera semana fue genial. Hoy fue épico».

Cilic tuvo el partido en su mano, pero siempre al resto. No pudo contar con su saque para apuntillar la que hubiera sido su segunda victoria ante el genio de Basilea en siete encuentros. Las dos primeras de ellas se produjeron, con 5-4 y luego con 6-5, y la tercera con 7-6 en el desempate. Todas en el cuarto set, ante la desesperación de Goran Ivanisevic, su entrenador.

Wimbledon ha sido, hace cuatro años, el último de los 17 Grand Slams que consiguió Roger. Este miércoles igualó además el récord del estadounidense Jimmy Connors, de 84 victorias en este torneo.

Ahora, con 34 años, tiene 307 victorias en Grand Slams, por 50 derrotas, alejándose de Martina Navratilova con un triunfo menos, y de Serena con cuatro menos.

Con siete títulos aquí, el suizo se enfrentará en semifinales contra el canadiense Milos Raonic, que se impuso al estadounidense Sam Querrey, por 6-4, 7-5, 5-7 y 6-4 en dos horas y 31 minutos.

Raonic conectó 13 saques directos, dos menos que Querrey, pero logró 58 golpes ganadores por 36 de su rival, verdugo del serbio Novak Djokovic en octavos. En la lista de mejores sacadores del torneo, Milos ocupa el primer puesto, junto con John Isner, ya fuera de competición, con 114 «aces».

Derrotado en las semifinales de Wimbledon en 2014 y en las del Abierto de Australia este año, Milos aseguró que ahora era el momento de dar su golpe de mano. «Ahora daré todo lo que tengo por alcanzar la final», añadió el bombardero.

El saque de Raonic fue inabordable. No concedió ni una sola bola de rotura, y su segundo servicio, vital en Wimbledon, fue también infranqueable, con una efectividad de un 92 por ciento.

Querrey, 41 del mundo, en su primera intervención en unos cuartos del Grand Slam, después de 38 presencias en los grandes, no pudo contener la furia del servicio del discípulo del español Carlos Moyá y del estadounidense John McEnroe.

La incorporación de este último a su equipo de trabajo en la gira de hierba ha dado sus frutos, pues Raonic ha alcanzado la última final de Queen’s, que perdió contra el británico Andy Murray, y ahora las semifinales en el All England.

En otra de las semifinales estará Tomas Berdych. El checo finalista hace seis años ante el español Rafael Nadal, se impuso al francés Lucas Pouille por 7-6 (4), 6-3 y 6-2 en una hora y 54 minutos

Pouille nunca había ganado un partido sobre hierba hasta esta edición de Wimbledon, sin embargo en el All England ha sabido aprovechar su juego para dejar fuera de combate a jugadores de la talla como el argentino Juan Martín del Potro, y luego al australiano Bernard Tomic.

Berdych le endosó diez saques directos y 35 golpes ganadores y ganó el partido de forma plácida para convertirse en el tercer checo, después de Jan Kodes e Ivan Lendl en alcanzar la penúltima ronda en Londres.

«Sobre el papel puede haber parecido fácil. Pero tuve que trabajar duro», dijo Berdych. «Tuve que encontrar mi ritmo y cuando gané el desempate me sentí mejor, y después fue todo más directo».

«Estar en las semifinales es una gran sensación. Siempre he esperado que un día pueda tener la oportunidad de usar la experiencia de aquella final de Wimbledon, y ahora voy a por ella de nuevo», dijo el checo, que se medirá con el ganador del duelo entre el británico Andy Murray y el francés Jo-Wilfried Tsonga.

EFE.