Actualidad Barcelona, 23 abril 2016. (EFE).

Tres años después de levantar su octavo título en el Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, el español Rafael Nadal vuelve a ser finalista del torneo, tras fulminar hoy al alemán Philipp Kohlschreiber, por 6-3 y 6-3, en una hora y 32 minutos.

Su rival en la final del domingo será el japonés Kei Nishikori, el hombre que le ha sustituido en el palmarés del Godó los dos últimos años, y que no tuvo rival en el francés Benoit Paire, sexto favorito y al que también derrotó por la vía rápida: 6-3 y 6-2.

Nadal cimentó hoy su duodécima victoria ante Kolhsereiber -el germano solo le ha ganado en los cuartos de final de Halle 2013, sobre hierba- en la solvencia que mostró con su servicio.

Hasta en tres ocasiones ganó el mallorquín su saque en blanco en el primer set, que se llevó en cuarenta minutos, tras romper el servicio de su adversario en el sexto juego.

Nadal, que ha recobrado la confianza tras ganar la semana pasada su noveno título de Montecarlo, esta confirmando en Barcelona que se encuentra cerca de su mejor nivel.

Con un tenis agresivo, el exnúmero uno del mundo llevó siempre la iniciativa desde el fondo de la pista y finiquitó la primera manga sin ceder ni una sola bola de rotura.

Lo tuvo mas difícil en la segunda, porque Kolhschreiber, 22 del ránking mundial, mejoró sus prestaciones, especialmente al resto, y opuso más resistencia, minimizando errores para alargar lo que podía cada punto.

Tuvo sus opciones en el quinto juego del segundo parcial, cuando dispuso de la única bola de rotura durante todo el partido para ponerse 3-2 y saque, pero Nadal logró mantener finalmente su servicio y romper dos veces más el de su adversario para cerrar el choque con el segundo 6-3 de la tarde.

En rueda de prensa Rafael Nadal ha admitido que había disputado su «peor partido», si bien ha destacado que el «resultado es fantástico».

El número cinco del ránking ATP encadena nueve partidos ganando -cinco en Montecarlo y cuatro en Barcelona- y este domingo buscará ante Kei Nishikori (6) su título número 49 en tierra batida después de haber disputado un encuentro que, en su opinión, ha tenido «menos ritmo» de lo habitual.

«Sinceramente no me ha gustado mucho el partido de hoy. El resultado fantástico. Ahora bien, ayer jugué mucho mejor y anteayer también», ha analizado en la rueda de prensa posterior a la semifinal Nadal, quien ha desvelado que hoy le ha faltado «soltura y solidez» en sus golpes.

En los duelos contra el japonés, Nadal solo ha sufrido una derrota -Masters 1.000 de Canadá en 2015- en nueve encuentros, dos de ellos en tierra batida, el último en la final del Masters 1.000 de Madrid, en la que su oponente se retiró debido a una lesión.

El primer cabeza de serie del abierto barcelonés ha avisado de los peligros del nipón. «Está jugando muy bien y esta es su segunda final en pocas semanas (perdió en Miami contra Djokovic). Será un rival muy complicado por su estilo de juego y, si no juego muy largo y con golpes muy contundentes, será muy difícil de derrotar».

En este sentido, Nadal ha insistido que, si quiere ganar, mañana deberá mejorar su juego, y confía en mantener el nivel de las últimas semanas para competir por la victoria.

«Estoy contento de haber conseguido una línea de juego clara y regular. Mentalmente estoy preparado para que, en momentos complicados, salgan las cosas lo mejor posible, y he encontrado la solución para ganar», ha subrayado.

En cualquier caso, el ocho veces campeón del Godó ha puntualizado que mañana de poco servirán las buenas sensaciones mostradas en Montecarlo y Barcelona.

«Volver a la final de Barcelona es una sensación especial, y lo que significa es que estoy manteniendo semanas seguidas a un nivel alto de juego para competir contra todos. Eso es lo que me hace ser feliz», ha añadido.

Por último, al ser preguntado por las críticas recibidas en los últimos meses, Nadal ha eludido valorarlas. «Cada uno es libre de opinar y de formarse su propia opinión. Todas las opiniones que se han publicado con respeto hay que respetarlas al máximo y aceptarlas; las mentiras y las faltas de respeto que se dicen, aceptadas también», ha zanjado.