Actualidad Málaga, 17-04-2016. Gabriel Garcia / thetennisbase.com.

La tremenda derecha paralela de Rafael Nadal sobrevoló la línea para ir a aterrizar en la esquina derecha de la cancha de un Gael Monfils exhausto, facturando en ese último bote la final del Masters 1000 de Montecarlo, 7-5 5-7 6-0. Al otro lado de la pista, Nadal caía de rodillas y besaba la tierra batida, su tierra batida, de la pista Rainiero III del legendario Country Club.

Era su noveno título en el Principado, su 28º Masters 1000, el 48º conseguido sobre arcilla, el 68º de su carrera obtenido en su centésima final. Unos registros mareantes, pero tanto Nadal como su banquillo, lo celebraron con tanta emoción y emotividad -no faltaron las lágrimas-  como si se tratara del primero.

Y es que en cierto sentido este gran triunfo de Rafa es ciertamente el primero; el primero después de la peor y más larga racha de juego y resultados en su carrera, el primero después de haber sido enterrado y dada por finiquitada su carrera como aspirante a los grandes títulos.

Pero Nadal siempre vuelve. Lo hizo en 2010, para recuperar el número 1 del mundo, después de un 2009 marcado por las lesiones y los problemas personales. Como lo hizo en 2013 para desbancar a Novak Djokovic tras seis meses alejado de la competición. Ahora, cuando menos se esperaba, llega este gran triunfo sobre la tierra batida, la superficie de la que es indiscutible monarca y que tantas veces ha resultado balsámica en su carrera. Un renacer que desmiente a todo el mundo, incluido, quizá, a sí mismo.

El torneo de Monte Carlo marca la vuelta al primer plano de Nadal no solo por el valor del título en sí -enorme, por otra parte- sino también por el juego exhibido y la gran dificultad de los rivales con los que se ha encontrado, Thiem, Wawrinka, Murray y un Monfils en uno de los mejores momentos de su carrera. Todos, salvo Wawrinka, perdido otra vez en sus propios demonios, pusieron en serias dificultades al manacorí. Pero Nadal ha recuperado en tierras monegascas sus señas de identidad: paciencia, confianza, consistencia y un estado físico del  que puede dar fe Monfils, quien, agotado en el tercer set, tuvo que asistir al despliegue de Rafa, mucho más entero después de las dos durísimas mangas precedentes.

Con este noveno título en Monte Carlo, Nadal se queda a un solo título del histórico record de 49 títulos sobre arcilla de Guillermo Vilas. Alcanza a Djokovic en títulos de Masters 1000, empata con Federer en número de finales, 42,  y se queda a centésimas de volver a recuperar el record de mejor porcentaje de victorias en torneos de esta categoría, 82,54% para el serbio, 82,49%  para Nadal. Wins highest % Masters 1000 Most ATP titles on clay

Por otra parte, Rafa se convierte en el sexto miembro del exclusivo club de jugadores con 100 finales ATP. Le preceden Connors (164), Lendl (146, aunque la ATP le da 145, olvidándose de Stratton Mountain 1987), Federer (136), McEnroe (109) y Vilas (104). Most ATP Finals

El otro gran protagonista de esta 109ª edición del torneo de Monte Carlo ha sido Gael Monfils. El francés lleva una gran temporada, con resultados destacables en todos los torneos al punto que se ha situado quinto en la Race de la ATP. Monfils está mostrando una mayor madurez en su juego, siempre espectacular, y parece que las lesiones le están dando una tregua. También está teniendo cierta fortuna con los cuadros; hasta 14 veces el cabeza de serie que teóricamente le hubiera correspondido quedó eliminado antes del cruce con el galo. En Australia, Monfils eludió a Anderson, Nadal y Wawrinka. En Rotterdam a Simon, Cilic y Goffin; en Indian Wells a Kyrgios, Murray y Berdych; en Miami se libró de Murray en octavos de final y en este Montecarlo Djokovic, Goffin, Federer y Murray cayeron antes de encontrarse con el francés.

Sea como fuere, Monfils está aprovechando la coyuntura a base de un gran juego y un novedoso espíritu de lucha. Las estadísticas que ha firmado en Monte Carlo son espectaculares: líder en porcentaje de puntos al resto y una marca para el recuerdo de 29 breaks en 57 juegos de resto para un excepcional 50,88% de quiebres. Monte Carlo 2016 stats

Incluso con Nadal, donde los precedentes eran muy negativos -2-11 en el cara a cara con un 0-4 en tierra batida, sin haber ganado un set y solo con tres breaks a favor- el francés supo remontar las estadísticas sacando adelante la segunda manga y endosando cinco quiebres al balear. Lo que no pudo fue ganar el partido ni mejorar su nefasta serie en finales -que ya llega a cinco ganadas y 19 perdidas- pero demostró que puede ser uno de los grandes protagonistas de esta temporada. Nadal-Monfils H2H analysis

Otros hitos del torneo fueron las eliminaciones a las primeras de cambio de Tomas Berdych -finalista el año anterior- y, sobre todo, de Novak Djokovic a manos de Jiri Vesely, en lo que supuso la mayor sorpresa de la temporada. El serbio, probablemente agotado física y psicológicamente, lo resumió de manera concisa: «Necesito unas vacaciones».

Dominic Thiem demostró que está a solo un punto de madurez para aspirar a cualquier cosa, incluido Roland Garros. Andy Murray pudo por fin centrarse en su juego. Roger Federer se fue contento de su rendimiento en su vuelta a la competición. Jo-Wilfred Tsonga dejó patente una vez más que es capaz de lo mejor y lo peor. Fernando Verdasco volvió a quedar eliminado después de tener punto de partido y Damir Dzumhur continua en la nube a la que se subió en Miami.

La temporada europea de tierra solo acaba de empezar. Esta semana el Godó, con Nadal aspirando a poner otro «9» en su palmarés, y Bucarest. Mientras el mundo del tenis suspira por el duelo definitivo sobre la tierra batida, Nadal y Djokovic frente a frente. Madrid, Roma y Paris esperan.